ERNESTO PEREZ

"Dad palabra al dolor; el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe" W. Shakespeareel

La locura que ensordece la tierra

" una libertad que no se afirma nunca tan auténticamente como entre los muros de una cárcel, una exigencia de compromiso en la que se expresa la impotencia de la pura conciencia para superar ninguna situación, una idealización voyeurista-sádica de la relación sexual, una personalidad que no se realiza sino en el suicidio, una conciencia del otro que no se satisface sino por el asesinato hegeliano".
J. Lacan

jueves, 29 de julio de 2010

Literatura Argentina: de Echeverría a Rozenmacher

LO QUE DESBORDA EN LA LENGUA

Comenzaremos diciendo que “El matadero” es una metáfora del sistema político ejercido por Juan Manuel Rosas, y que narró Esteban Echeverría.
“Cochecito” de Germán Rozenmacher de 1967 simboliza la realidad de esos años. Épocas muy distintas son puestas en consideración.
Dos caudillos son evocados en ambos cuentos: en uno Rosas personifica los ideales de los más pobres, lo mismo ocurre con Perón en el cuento de Rozenmacher. En un caso el líder está en el poder y en el otro en el exilio.
El diálogo de las letras con una realidad política y social que refleja no es mecánico, porque el artista en su hacer con la lengua, inscribe lo que desborda, al representar objetos de goce prohibidos, pero al mismo tiempo crea el marco para que ese real sea posible, excluyendo e incluyendo a la vez lo inasimilable.

Pensamos que de la violencia por ideales románticos o autóctonos, pasamos a la violencia donde los ideales son cada vez más lejanos prefigurando esa violencia sin ideales, sin sentido y a puro cinismo que caracteriza este horror contemporáneo.

Los gauchos y los negros que apoyaban al caudillo expresan la violencia y la barbarie del matadero. Los grupos de la resistencia peronista representan en Cochecito, la violencia revolucionaria de los años 60 y 70.
Se combinan escenas grotescas y violentas de un intenso realismo entre las que destacamos el niño degollado, la matanza del toro, la tortura del joven unitario y el ambiente vulgar, donde cuerpos bestias y apetitos se mezclan en forma dionisíaca.
La matanza del toro prefigura la tortura y muerte del unitario En un ambiente de terror y violencia del cual no hay escape, solamente se aceptan “machos”, no hay sitio para hombres sensibles como el unitario, símbolo del humanismo romántico.

En principio nos llamó la atención cómo está ubicado este texto en nuestra literatura: “Texto polémico porque es ficción y/o realidad”, “Inaugura anticipadamente el realismo en nuestras letras”, pero lo más sorprendente es lo que arrastró como censura en un discurso fundacional.
Nunca sabremos las causas por las cuales Echeverría nunca publicó El Matadero. Pero el juicio póstumo de Gutiérrez sobre su “desnudo realismo”, brinda un indicio de las razones de la autocensura que Echeverría se impuso y de los posibles rechazos que hubiera suscitado.
Nosotros nos preguntamos sobre este “desnudo realismo que forzaba las preceptivas del romanticismo”. No sabemos si Echeverría ignoraba que Matasiete fue el nombre de un importante triunfo de las armas de la independencia en Venezuela, pero si podemos decir, que en él el discurso americanista queda elidido.
Así los llamados géneros son formas de gozar de, por y hacia la lengua, donde objetos censurados se ponen en juego en distintos fantasmas, anudando subjetividades.
En este caso el fantasma sádico y canibalístico, que muestra el matadero es intolerable, al igual que el fantasma de sometimiento del varón.
Este fantasma sacrificial va aparecer largamente, primero el indio y el negro, luego el gaucho federal, mas tarde, el inmigrante y el cabecita negra de alguna manera encarnan.
“Gaucho” ha sido una de las formas en que la cultura urbana del siglo XIX intentó capturar un sujeto colectivo que casi siempre queda afuera. Son los bárbaros que se oponen a la civilización. Gaucho es el malhechor, es una sospecha que necesita ser explicada. A través de sus letrados, se definen dos grandes figuras: gaucho patriota y gaucho malo, redundancia en el esfuerzo por crear una identidad.
Así se cifran gran parte de las polémicas que acompañan la constitución del estado y de la literatura nacional. Los escritores participan del desafío mostrando sus destrezas y sus debilidades: la fascinación por el enemigo, la didáctica ejercida a través del rebelde, la épica de la domesticación, el regodeo o la reticencia en los relatos de las hazañas de la barbarie.
Así El matadero trae los significantes que son caros a nuestra lengua, la carne y su goce en destripar, cuchillo, sangre, apetitos, y son los caudillos, los guapos, que por su agresividad, van a ir definiendo el mapa de una época, que marcará a fuego lo que se va a repetir.
“-¡Aquí están los huevos!-Y sacando de la barriga del animal y mostrándolos a los espectadores exhibió dos enormes testículos, signo inequívoco de su dignidad de toro por su indomable fiereza. La risa y la charla fue grande.”
Masculinidad, poder y violencia están en relación y en constante necesidad de ser revalidados, para no caer en la castración, la humillación y la indignidad.
“...a llorar a gritos como yo de chico. Y aguanto cualquier cosa menos que vos llores como cuando vi en un potrero como unos pibes más grandes capaban a un gato con una gomita y la niñez murió para siempre y así me sentí”, relata a su vez el protagonista de Cochecito.
En los dos textos el poder del machismo es un valor que se sostiene con un fantasma siempre latente de castración y muerte.
Momentos donde el poder sobre los cuerpos hace sentir su vasallaje. Momento donde el odio de las víctimas hace sentir la violencia de la venganza.
Desde sus orígenes, la literatura Argentina estuvo signada por la violencia. El matadero, condensa el terror en la lengua, el cuerpo y las ideas, que recorrerá gran parte de las letras y la historia nacional. “...quedó atado en cruz y empezaron la obra de desnudarlo. Entonces un torrente de sangre brotó borbolloneando de la boca”.

Cochecito es otro momento de la literatura Argentina, los sesenta, donde se imponen nuevas formas, nuevas temáticas que configuran un punto de partida inédito para el realismo. Se ha dicho más consistente, mas comprometido y militante, pero debemos decir que además, el realismo de Rozenmacher se manifiesta como autorreflexión, soliloquio, y a veces en dialogo interior, hay mezcla de distintas voces y una polifonía de discursos que acentúan la complejidad y riqueza del relato.
El grotesco ácido y sórdido de su obra nos recuerda a Arlt, donde los personajes solitarios, desolados, desesperanzados y sin ningún ideal, ironizan sobre los espejismos vanos de los hombres integrados en una sociedad que los rechaza.
Personajes en pugna constante por reivindicar lo bajo, lo pobre y la negritud. Aparecen estos aspectos rechazados de cada uno, en una dialéctica autodestructiva que va dejando muertos, dedos, pulmones, ojos y sangre en el camino y no logra un reconocimiento de sí.
En Echeverría lo bueno y lo malo están bien delimitados, en Rozenmacher aparece lo malo éxtimo (que es exterior e interior a la vez)
“...porque hoy este y mañana cualquier otro llevándome por delante porque ando mal vestido y soy medio morocho y a quien le hablás así negro roñoso le dije apuntándolo con la 38 lo llevé al baño y cómo temblaba y vos como si nada recorriendo nuestros efímeros dominios de living y dormitorio y le dije abrí la canilla y después lavate a ver si se te aclara el color”.
Hay un tratamiento de la violencia de esa época donde esta muy bien reflejada la resistencia peronista luego del golpe militar que derroca a Perón. Un gobierno que había retomado viejas banderas nacionalistas, autóctonas en defensa de los humildes.
Luego del derrocamiento ocurren los fusilamientos y el peronismo retoma las banderas de lucha.
Pero esa violencia adquiere poco a poco en el cuento un matiz de sin sentido. Los personajes están en guerra dentro del mismo grupo en un todos contra todos y esos ideales están cada vez mas lejos como el “Hombre”exiliado y “una revolución que nunca llegará”.
“-Mirá pibe. Lo único que sé es que el Viejo las sabe todas, no por algo les rompió una vez el siete. Él pone cara de póker, avanza, retrocede, juega al ajedrez y espera para dar el tajo final.
-Pero esta lejos.”
Esa violencia es por momentos cínica porque solo sirve para fines individualistas y a veces espurios.
“...y como le digo a Portoni me abro y solo me afané un traje para la luna de miel y me quedé con algo para gastos chicos nomás, para ir tirando y mirá que cuesta no tomarle el gustito, petisa, a la plata fácil”
Mezcla de insatisfacción, resentimiento, machismo, coraje hasta el límite y odio a sí mismo, nuestro personaje va circulando lleno de dudas entre un amor que degrada constantemente y que no puede aceptar, porque quedaría como boludo y traidor, y sus ideales revolucionarios que a veces piensa que son irrealizables. “...ahora que pasó el tiempo me di cuenta que Buenos Aires nunca arderá”.
Persiste una vorágine en la narración que nos lleva aceleradamente a perdernos en un tiempo que es a veces envolvente, a veces circular y en torbellino pero siempre tiene esa urgencia de lo inexorable.

O sea, esta odisea entre los que se asumen como víctimas y claman vengarse para sacrificar a otro, y aquellos que la historia los coloca en victimarios, muestra las posiciones sexuales de un drama humano no resuelto, un machismo nunca terminado, y siempre a punto de reaparecer. El ideal fálico debe ser revalidado en un más... más... y más que no tiene fin.
Podemos decir que si El Matadero es representación de la carnicería humana por ideales en pugna en un momento donde el estado nacional no esta constituido, Cochecito lo es de una carnicería donde los ideales se van desdibujando, y se hallan cada vez más distantes. Entonces el cinismo comienza a aparecer como alternativa, en un momento histórico que marca el inicio de la disolución del estado con los distintos golpes militares, y va instalando en la Argentina el capitalismo que globaliza la segregación.
Texto presentado en Autopistas de la Palabra en la Biblioteca Nacional

viernes, 23 de julio de 2010

LA CEREMONIA DEL ESPEJO
Sobre un caso de travestismo


Vamos a presentar este caso que tiene que ver con el tema de la perversión y el diagnóstico diferencial, ya que van a estar en juego las tres estructuras clínicas. No sé si llamarlo caso ya que la construcción de un “caso” implica el establecimiento de la transferencia, cuestión que aquí no ocurrió porque el paciente abandona el tratamiento en las entrevistas preliminares. Situación que suele ocurrir con cierta frecuencia en la clínica de las perversiones: concurren cuando algo no anda bien con su partenaire, y luego abandonan, lo llamativo es que el partenaire que no funciona bien en este caso es su madre.
De todas formas es importante en el diagnóstico no inducir una calificación moral ya que puede haber perversión y normalidad, lo mismo que neurosis o psicosis y normalidad, “primero, hay perversos normales; segundo, hay perversos considerados como anormales, es lo mínimo; que si a partir del momento en que hay perversos anormales, hay también gente para considerarlos como tales a menos que las cosas estén en el orden inverso.”J. Lacan Sem 13 clase 22.
Lo normal es efecto histórico del discurso del amo, a partir de aquí debemos reconsiderar el concepto de perversión y que estatuto darle, ya que Freud si bien planteó la perversión generalizada para lo humano en su estatuto inconciente, reservó, como lo hizo la psiquiatría, el mismo término para referirse a los sujetos que se desvían de la meta sexual normal.

Primera entrevista:

J.C. tiene 17 años en el momento de la consulta. Viene acompañado de su madre quien comenta con gran ansiedad “que no sabe que hacer con su hijo, que lleva una vida anormal, que así ella no puede vivir y refiere directamente el problema: a él le gusta vestirse de mujer”. Comenta que ella no lo deja, que de todas formas él lo hace y va a bailar con ropa masculina pero que después se cambia y se viste de mujer
J.C. se mantiene callado, casi indiferente, mirando atentamente cada detalle del consultorio y al analista.
Cuando le pregunto a él si tiene algo que decir, contesta que no y se mantiene en silencio. Su madre vuelve a tomar la palabra y sigue diciendo “que así no puede vivir más, que esta situación la está enfermando”
Propongo que en la próxima entrevista venga el paciente solo.

Segunda entrevista:

J.C. es un adolecente afeminado, usa pelo largo muy cuidado, lo mismo que todo su aspecto personal. Comienza diciendo “Ahora mi madre sabe que soy travesti. Hace dos años me destapé y me empecé a vestir de mujer, me gusta salir así, especialmente a bailar, pero a todos lados, que me miren y se me acerquen por lo que soy”
“No me siento atraído por los sexos. Lo que quiero es transformarme en mujer, incluso pienso en operarme”
“Yo vengo por mi madre no por mí, yo no quiero cambiar, estoy bien así. Quiero que ella no sufra, me angustia que diga todo el tiempo que no puede vivir así”. Cuenta que es el menor de tres hermanos, que vive con su madre y el hermano de 23 años, y que su hermana mayor vive en el piso de arriba.
Cuando le pregunto por su padre dice: “no sé nada”. Le vuelvo a preguntar, como se llama, si vive: “no sé, no sé”, me vuelve a repetir. Llegado a este punto le digo que averigüe de su padre para la próxima.
Tercera Entrevista:

Llega puntualmente con un aspecto seductor, al igual que las anteriores entrevistas y dice: “Estuve averiguando como ud. me pidió. Según mi madre perdí a mi padre a los tres años. A partir de ese momento dormí con ella hasta más o menos los 12 años. Mi madre es bellísima, me encantaba salir con ella a caminar y hablar de todo, siempre fuimos muy amigos y salíamos juntos a todos lados hasta ahora”.
Vuelvo a retomar el tema del padre y entonces saca una foto y me la muestra: “me la dio mi mamá”. “Me contó que se llamaba Jesús y después de su muerte me llevaba al cementerio”
Noto que en la foto está aparentemente el padre con su hijo -que es él- de la mano, entonces le digo: “qué raro que haya olvidado tantas cosas” y J.C. responde: “Mire, no insista, él no significa nada para mí, es un tema cerrado”, desvía la vista y se pone a mirar por la ventana en silencio, pero como en pose para ser visto.
La angustia era así taponada con su posición narcisista, como un artista que busca el mejor ángulo para ser mirado.

Cuarta entrevista:

J.C. llega sonriente y seductor, desenvuelto con los movimientos de su cuerpo, y dice “antes no era así, era vergonzoso y retimido, porque a los 7 años se me cae una pared encima de una pierna, tuve que repetir, me dejó una marca. Me escondía de tímido y me quedaba desde afuera espiando a los demás”.
Entonces pregunto: ¿Recuerda qué miraba? “Me quedaba mucho tiempo mirando especialmente cómo mamá se vestía y se arreglaba. En varias oportunidades me puse frente al espejo y me maquillaba, me ponía también su ropa, lo más excitante era su ropa interior y la de mi hermana 1. Esto luego a partir de los 12 años se hace habitual, casi cotidiano. Sentía mucho placer al hacerlo. Lo más importante era vestirme de mujer, travestizarme, todavía no soy mujer-mujer, pero pienso en viajar a Chile para operarme y agregarme pechos y nalgas.”
“Por ahora no me interesan los muchachos, después veré. Nunca tuve relaciones sexuales con nadie, no me interesa”.
¿Esto de la operación, por qué piensa Ud. que todavía no se decidió a hacerlo?
“Es por mi madre, ella sufre del estómago y de alta presión, y una vez por un problema con mi hermano tomó pastillas.”
“Recuerdo que a los 12 años me enamoré de una chica del barrio de mi misma edad y mi madre me obligó a dejarla, porque el ambiente donde ella vivía decía que era muy malo, perjudicial para mí. A partir de aquí yo me dije por qué no puedo ser un travesti y comencé a construirme como tal.”

Comentarios y reflexiones sobre las entrevistas:

1º entrevista: Demanda de la Madre. Diag.: travestismo

2º entrevista: Diag.: Travestismo heterosexual, homosexual o narcisista?

Demandas: neurótica, quiere saber del goce
psicotica, quiere el ste. forcluído
perversa, sabe del goce y demanda adecuación (la madre no se adecúa)

3º entrevista: “Mi madre es bellísima”: ideal de la madre
“Mi padre no existe”: ¿represión, renegación o forclusión?
El objeto mirada como sostén2

4º entrevista: Ser “mujer-mujer” (empuje a La Mujer: ¿psicosis?)
“Travestizarse”, "me empecé a construir como mujer"
Castración, (escena de la pared)
Mirada como fetiche, (sostén de la identidad?)2

Discusión del Diagnóstico Diferencial

Para plantear el diagnóstico diferencial, debemos poner el repudio de nuestro paciente hacia el padre en el centro del problema. ¿Represión, renegación o forclusión?.
En primera instancia podemos decir que lo que J.C. retiene del padre es lo muerto, el cementerio, su nombre que lo coloca como Jesús crucificado, sometido al Otro.
Pero esto, lo debemos entender por el lado de la represión - ¿Se trata de una histeria masculina que ha reprimido el odio al padre, y su Ceremonia ante el Espejo es un acting? Por otro lado, en el accidente que relata haber tenido a los 7 años (esa pared que se le cae encima) ¿podríamos ubicar allí la irrupción del acontecimiento de la castración y el juego permanente de la mirada como la manera de instituir un objeto-fetiche para eludirla, renegarla?
¿O allí se comienza a sostener, en un rasgo de perversión, su precaria identidad señalada por la forclusión?
La función de la mirada es estructurante durante las entrevistas, constantemente se pone en pose para ser mirado, como un artista que busca el perfil que lo favorece. Trata de capturar la mirada del Otro para constituir su imagen que siempre intuye ideal. Ceremonia del espejo: Mirar-mirarse-ser-mirado, recorrido de la pulsión escópica donde se anudan objetos (polvos, cremas, corpiño, bombacha). Ceremonia secreta donde captura en un instante esta imagen ideal: “sentía verdaderamente placer".2
En las entrevistas refiere que lo más importante es “travestizarse”, vestirse de mujer, llegar a operarse y agregarse pechos y nalgas. Esto con inyección de siliconas que ha realizado. -Es un hecho que esta patología avanza con el desarrollo de la ciencia, cirugías estéticas que se practican según la oferta del mercado, lo cual posibilita técnicamente la transformación corporal, según cada cual, y la legislación que en algunos lugares avala este acto- “Travestizarse”, verbo que deja traslucir su posición subjetiva, pues dice no interesarle los muchachos porque todavía no se considera mujer-mujer.
“Todavía no se considera Mujer-Mujer”. Punto donde el narcisismo se instala constituyendo la identificación a La mujer. Pero esto corresponde a lo que Lacan señala como Empuje a La Mujer, que puede ser clave en el diagnóstico de psicosis no desencadenada,3 O puede tratarse de un Travestismo declarado con un síntoma transexual que sostiene como provocación, y en este caso estar castrado es una imagen que arroja al otro para su división.4
Podríamos decir que si bien el perverso sabe del objeto de su goce, no por eso ha logrado la felicidad, aparece la inadecuación al objeto, porque este está perdido, y su sustituto, el fetiche, es solo eso, un sustituto, y entonces aparece la idea de no haber llegado a ser Mujer-Mujer.

Con respecto del pasaje al acto de la operación de su pene, que él lo tomaba seriamente, no se trataba de una provocación y es aquí donde el sujeto choca con el sufrimiento de su madre. Una madre que le plantea un conflicto, porque si bien ella se opone concientemente a esta transformación, es ella la que lo ha llevado a esta posición. La madre obliga a JC a dejar a la chica de la cual estaba enamorado (según contó en otras entrevistas). Aquí termina con su actitud de cerrar una puerta tal vez al camino heterosexual, porque si bien su posición fetichista es evidente, esto podría corresponder, como Freud lo plantea, con la heterosexualidad.
Freud en su artículo sobre el Fetichismo refiere lo siguiente: "adviertase ahora qué función cumple el fetiche y qué fuerza lo mantiene; subsiste como un emblema del triunfo sobre la castración y como salvaguarda contra esta, además le evita al fetichista convertirse en homosexual, pues confiere a la mujer precisamente aquél atributo que la torna aceptable como objeto sexual".5

En nuestro caso, la muchacha que la madre prohíbe, tenía el pelo “deslumbrante" como a él le gusta. Su madre poco tiempo después de esta prohibición lo abandona, comienza a salir con un hombre, con quien sale también en la actualidad. Este abandono lleva al sujeto a la ceremonia del espejo, a la ropa de mujer, a “trasvestizarse”, como una manera de retener a su madre, y a pensar en la operación. Durante las entrevistas no toleraba los silencios y se defendía tratando de incomodarme, hacía algún ademán y preguntaba cómo lo veía.
Identificado a la mujer-madre-fálica que él encarnaba, su cuerpo entero era el fetiche sustituto del falo materno.
Oscar Masotta hablaba de perversiones del lado del padre (sadismo masoquismo) y perversiones del lado de la madre, y ahí ubicaba especialmente el fetichismo y el travestismo.6.
Pero en nuestro caso podríamos decir que él sostenía un empuje a La Mujer que cada vez le pedía más, es decir, el sacrificio de su pene.7
Habría que plantear que a primera vista parece paradójico que alguien identificado al falo materno busque la castración, pero aquí aparece la relación con El Goce del Otro, porque queda claro que J.C. se presta al goce de su madre, ella es la que sufre por él.
El goce del Otro implica la exclusión del falo, de ahí ese sacrificio como en el mito de Cibeles y Atis.8 En nuestro caso aparece una madre que lo abandona y es en esta etapa donde él piensa en operarse. Operación simbólica como plantea C. Millot en su libro Exsexo, que hace las veces de suplencia en las estructuras psicóticas.9
“Y entonces, les señalo algo que se llama Sex And Gender; es en inglés. Es de alguien llamado Stoler. Es muy interesante leerlo desde dos puntos de vista, en principio porque eso se da sobre un tema importante, el de los transexualistas, un cierto número de casos muy bien observados con sus correlatos familiares. Ustedes saben quizá que el transexualismo consiste precisamente en un deseo muy enérgico de pasar por todos los medios al otro sexo, aunque fuese haciéndose operar, cuando se está del lado masculino. Este transexualismo con las coordenadas que allí están, les hará aprender muchas cosas, porque son observaciones por completo utilizables. También aprenderán esto: el carácter completamente inoperante del aparato dialéctico con el cual el autor de este libro trata esas cuestiones, y que hacen que surjan las dificultades que encuentra para explicar todo eso. Una de las cosas más sorprendentes es a falta de toda guía que elude completamente la [fase] psicótica de esos casos, como jamás escuchó hablar de la forclusión lacaniana, esto explica muy rápidamente y muy fácilmente la forma de esos casos” Lacan Sem XVIII
En este punto de desinterés, se interrumpen las entrevistas, tal vez cuando se entera que su madre estaba mejor, porque a su vez había iniciado un tratamiento.

Conclusión:
1) Pensamos que el transexualismo es un síntoma que puede aparecer en las neurosis (casos de histeria masculina), en las psicosis (un empuje a La Mujer que verifica la ausencia del Ste del Nombre del Padre) y en las perversiones (cuando su acto divide al otro); lo más común es en estas últimas estructuras clínicas.
2) Existe una diferencia fundamental entre el travestismo neurótico, psicótico y el perverso.
En el travestismo psicótico lo que se perfila justamente es la relación narcisistica y el empuje a La Mujer, es decir piden la transformación quirúrgica. No viven delirantemente su transformación en mujer como Schreber, sinó que el empuje a La Mujer es una voluntad quirúrgica.
En las histerias masculinas que pueden llegar al travestismo es algo que últimamente se ha llamado transformismo.10
En los casos perversos suelen tener una salida homosexual o heterosexual como las memorias del Abate Choisy “Vestido de Mujer”, pero es estos casos la sorpresa de dividir al otro partenaire está en el centro de lo que es gozoso.11
El efecto sorpresa para los partenaires tanto varones como mujeres de la presencia del pene es lo que les produce exitación. Y en este concepto que Lacan elabora especialmente en Kant con Sade encontramos el núcleo de la estructura perversa, más allá de cualquier moralismo, es decir a aquel sujeto identificado con la ley obsena que como voluntad, goza con la angustia del otro.

En los casos, como el presentado, donde hay una perversión, que es aspirada por un empuje a La mujer, como travestista con una certeza transexual, podemos, pensar que el goce del Otro se impone al sujeto y puede pasar el umbral y llegar a operarse. En Otros casos pueden aparecer fenómenos elementales. O pasajes al acto donde pueden operarse o producir alguna mutilación, como manera de acotar la intrución del goce Otro.

Tres etapas en la evolución de este caso con rasgos de perversión:
1) Voyerista-Fetichista: Que va de los 7 años con el acontecimiento traumático, luego de la muerte de su padre, hasta los 12 años en que su madre le prohíbe salir con esa muchacha. Etapa de espiar especialmente a la madre y a la hermana.
2) Travestista: de los 12 años que comienza a vestirse cotidianamente como mujer Ceremonia del Espejo que coincide con abandonar la cama junto a su madre.
3) Transexualista: Que se inicia cuando su madre lo deja y comienza a salir en pareja con un hombre, es allí donde se desencadena la idea de operarse.
Pensamos que este paciente presenta una estructura muy narcisista que sostiene su identidad muy precariamente con una relación muy simbiótica con su madre. Podríamos ubicarla en un eje imaginario. Que con cada ruptura de la misma, es decir cada introducción de un tercero, provoca el desencadenamiento de rasgos de perversión muy severos que le permiten mantenerse estabilizado y evitar su descompensación psicótica.
Sostener un síntoma transexual es la expresión de un empuje a "La Mujer" cada vez más imperioso, porque como plantea Lacan refiriéndose a Schreber “por no poder ser el falo que falta a las mujeres, ser La Mujer que falta a los hombres”.12

Bibliografía:

1 *J. Lacan. Seminario 4. Clase 16: “Por el contrario, estar sorprendido corresponde también a un descubrimiento inesperado. Quienes asisten a mi presentación de enfermos han podido comprobar en uno de nuestros pacientes transexuales, que nos la describió, el carácter verdaderamente desgarrador de la dolorosa sorpresa experimentada el día que, por primera vez, vio a su hermana desnuda.”

2 *J. Lacan. Semiario 4. Más bien se trata de algo detrás de lo cual el sujeto se centra. Se sitúa, no ante velo, sino detrás, es decir en el lugar de la madre, adhiriéndose a una posición de identificación en la que esta tiene necesidad de ser protegida, en este caso mediante una envoltura.
Esto nos da la transición entre los casos de fetichismo y los casos de travestismo. La envoltura no es como el velo, sino una forma de protección. Se trata de una égida con la que el sujeto se envuelve, identificado con el personaje femenino.

3 *J. Lacan. Seminario 18. Y entonces, les señalo algo que se llama Sex And Gender; es en inglés. Es de alguien llamado Stoler. Es muy interesante leerlo desde dos puntos de vista, en principio porque eso se da sobre un tema importante, el de los transexualistas, un cierto numero de casos muy bien observados con sus correlatos familiares. Ustedes saben quizá que el transexualismo consiste precisamente en un deseo muy enérgico de pasar por todos los medios al otro sexo, aunque fuese haciéndose operar, cuando se está del lado masculino. Este transexualismo con las coordenadas que allí están, les hará aprender muchas cosas, porque son observaciones por completo utilizables. También aprenderán esto: el carácter completamente inoperante del aparato dialéctico con el cual el autor de este libro trata esas cuestiones, y que hacen que surjan las dificultades que encuentra para explicar todo eso. Una de las cosas más sorprendentes es a falta de toda guía que elude completamente la [fase] psicótica de esos casos, como jamás escuchó hablar de la forclusión lacaniana, esto explica muy rápidamente y muy fácilmente la forma de esos casos, pero ¡qué importa!.

4 *J. Lacan. Semiario 11. Clase 14: “El próximo día retomaré a lo que he llamado estructura de la perversión. Se trata propiamente hablando de un efecto inverso del de la fantasía. El sujeto se determina a sí mismo como objeto en su encuentro con la división de la subjetividad” $----->a para la fantasía neurótica, a----->$ para el fantasma del perverso

5 *S. Freud. Sobre el Fetichismo. Obras Completas
6 *Oscar Masotta. Ensayos Lacanianos. Edipo Castración y Perversión

7 *J. A. Miller. Matemas 1. Des-sentido para la psicosis. “Aquí he tenido que oponer la forclusión del Significante del Nombre del Padre y la forclusión del Significante de La Mujer. Son antinómicos. En el examen de la psicosis buscad LaMujer en el sujeto. Es el estigma clínico mas seguro de la forclusión del Nombre del Padre”.

8 *Cibeles y Atis. Diccionario. En la mitología griega, son personajes que reflejan este fenómeno: Cibeles, y Atis. Gran diosa madre de Frigia, Cibeles fue honrada en todo el mundo antiguo al punto de ser confundida con Deméter, la madre de todos los dioses. Su amante Atis era a la vez su hijo y su compañero. Cuando quiso casarse, ella lo volvió loco: él se castró y después se dio muerte. Ésta es la razón de que los sacerdotes de la diosa fueran eunucos.

9 *Exsexo. Ensayo sobre transexualismo. C. Millot: “Se podría situar el recorrido transexual de la siguiente manera: a falta del anudamiento por medio del Nombre del Padre, R S I estarían libres de no estar anudados por un cuarto, que consiste en la identificación del sujeto a La Mujer. Pero este cuarto solo mantiene unidos I y S. Lo Real en cambio, no queda anudado, y la demanda del transexual consiste en reclamar que en ese punto se produzca la corrección que habría de ajustar lo Real del sexo al nudo I y S. El síntoma transexual tendría así una función estructural, análoga a la que Lacan atribuye a la escritura para Joice”.

10 *J. Lacan. Seminario 4. Clase 10: “En el travestismo, el sujeto se identifica con lo que esta detrás del velo, con el objeto al que le falta algo. Los autores lo han visto en el análisis, sin duda, y lo dicen en su lenguaje —el travestido se identifica con la madre fálica, en la medida en que esta, por otra parte, vela la falta de falo.
Este travestismo nos lleva muy lejos en la cuestión que nos ocupa. Por otra parte, no hubo que esperar a Freud para abordar la psicología del vestido. En todo uso del vestido, hay algo que participa de la función del travestismo. Si la percepción inmediata, corriente, común, de la función del vestido es la de esconder las pudenda, la cuestión debe complicarse un poco a ojos del analista. Bastaría con que alguno de los autores que hablan de madre fálica quisiera darse cuenta de que significa lo que dice. Los vestidos no están hechos tan sólo para esconder lo que se tiene, en el sentido de tener o no tener, sino también para esconder lo que no se tiene. Una y otra función son esenciales. No se trata siempre y esencialmente de esconder el objeto, sino también de esconder la falta de objeto. Es una simple aplicación, en el caso de la dialéctica imaginaria, de algo que demasiado a menudo se olvida, a saber, la presencia y la función de la falta de objeto”

11 Vestido de Mujer. Memorias del abate Choisy (El deseo de cambiar de sexo existió desde mucho antes de la creación del término "transexualismo", como lo demuestra la historia del abate Choisy (1644-1734), quien vestía ropa de mujer y se hacía llamar condesa, pero mantenía relaciones sexuales con las muchachas del lugar)
“ La observación que es aquella etiquetada por Jean Genet de que hay siempre en el ejercicio del acto perverso un lugar donde el perverso sostiene por mucho que sea, ubicada la marca de lo falso. Les aconsejé volver a partir de ahí. Les aconsejaré hoy una lectura, que es una lectura para todos, por otra parte, que las aconsejo a todos y que les permitirá una ilustración muy simple y muy convincente de lo que estoy diciéndoles, de que es necesario partir del hecho de que la perversión es normal.
Dicho de otro modo, que en ciertas condiciones eso puede no ser trabajo en absoluto, mediante lo cual este libro, que me tomo el cuidado de pasar por lo librería, para que ustedes vean que existe y yo no recordaba ya que había sido imprimido en el Mercurio de Francia, muy recientemente, por otra parte gracias a lo cual ustedes pueden verlo, que se llama: Las memorias del abad de Choicy vestido de mujer, léanlo mediante lo cual ustedes verán dónde está el sano punto de partida concerniente al registro de la perversión.
Ustedes verán a alguien no solamente totalmente a sus anchas en su perversión, y esto de cabo a rabo, lo que no le impidió ser alguien que llevó una carrera lograda en el respeto general, recibir todas las marcas de la confianza pública, incluso real, y escribir con una perfecta elegancia un informe de cosas que en nuestros días nos pondría, literalmente la cabeza al revés y nos empujaría, incluso, a hacer cosas tan exorbitantes como un peritaje médico legal sin contar el descrédito que recaería sobre el alto clérigo, no obstante, muy conocido por ser particularmente experto en esas prácticas, mientras que en nuestros días se cree forzado a disimular esas cosas que no son signos sino de una relación sana y normal a las cosas fundamentales.”J.Lacan Sem 13 clase 22.

12 *J. Lacan. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. “Sin duda la adivinación del inconsciente ha advertido muy pronto al sujeto de que, a falta de poder ser el falo que falta a la madre, le queda la solución de ser la mujer que falta a los hombres”.

miércoles, 14 de julio de 2010

MATRIMONIO HOMOSEXUAL: ESTUDIOS REALIZADOS

En el año 2000, la Asociación de Psiquiatras de Estados Unidos y la Academia Nacional de Pediatría declararon que " existe una gran cantidad de literatura científica que demuestra que los niños que crecen en una familia que tiene uno o dos padres homosexuales tienen el mismo funcionamiento social, emocional, cognitivo y sexual que los niños criados en el seno de una pareja heterosexual".
Todas las investigaciones relacionadas con este tema se centran en estudiar dos cosas:
1. La actitud y capacidad de los padres del mismo sexo en su función de padres.
2. El desarrollo emocional y cognitivo de los niños, sobre todo, su identidad sexual.
Las investigaciones realizadas muestran que los padres homosexuales son tan eficientes como los heterosexuales y hasta en muchos casos, son más dedicados en cuanto a disciplina, educación y recreación de los menores, según lo especifica un reporte publicado por la Asociación Americana de Pediatría.
"Lo importante para el desarrollo normal de una familia no es la identidad sexual de los padres sino las funciones que cumplen. Es fundamental que haya funciones diferenciadas, que cada uno ocupe su lugar y su función aunque sean del mismo sexo", señalan.
Por otra parte, la asociación de pediatras señala que las madres lesbianas sometidas a pruebas psicológicas han demostrado tener un funcionamiento emocional dentro del rango de lo normal. Incluso las lesbianas, han demostrado estar más preocupadas porque sus hijos tengan un modelo masculino que las madres heterosexuales que están divorciadas.
Ninguno de los 300 niños estudiados han mostrado tener confusión en cuanto a su identidad sexual, ni tienen más tendencias homosexuales que cualquier chico de una familia tradicional.
El estudio de la Asociación Americana de Pediatría señala que la identidad sexual de los adolescentes que fueron criados en el seno de una pareja homosexual es consistente con su identidad biológica. En otras palabras, que los varones siguen siendo varones inclinados sexualmente hacia las mujeres y viceversa

viernes, 9 de julio de 2010

El inconciente estructurado como un lenguaje y el inconciente como vacío

Psicoanalisis y Literatura: Puig con Pizarnic
El Psicoanálisis con Lacan descubre que se escucha lo que se lee. El psicoanalista lee el texto de lo que se dice. Por lo tanto interpretar es un acto de escritura. El analista se nutre de la función poética del lenguaje lo que las palabras acarrean de la lengua, un real que desborda. Son los equívocos propios de cada una. Lo escrito rescata las marcas y fantasmas de un cristal significante que cubre un agujero imposible de decir.

Si Lacan pensó al inconciente estructurado como un lenguaje, Puig decía que estaba estructurado como un folletín. Es que la verdad para él corre entre los chismes de mujeres y en las intrigas de los novelones. Puig decía también, que uno de sus modelos discursivos era Freud, no solamente para agradar a los freudomarxistas, sino porque Freud tal vez sea el iniciador de la novela moderna a través de sus historiales. Hay un parentesco entre Dora de Freud y Nené de Puig en boquitas pintadas.

“Ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe”

Este poema nos hace recordar que Lacan define el inconciente como estructurado como un lenguaje pero, rodeando un vacío. Pizarnik es una obsesionada por nombrar ese innombrable.
El ser parlante paga un precio por su acceso al lenguaje, una libra de carne perdida para siempre. Al navegar en la lengua para acercar algo del real que nos habita como hablantes, el escritor nada y naufraga en su tormenta, como lo hace cualquier hablante ser a través de su locura de vivir, pero el escritor deja huellas de este drama en sus escritos.

En un encuentro fecundo entre literatura y psicoanálisis, Joyce ante la grave enfermedad mental de su hija, va con los escritos de ésta a decirle a Jung que ella escribía como él:
-“Allí donde usted nada, ella se ahoga”-le contesta Jung, para explicar la diferencia. Diferencia que marca ese lugar donde el cuerpo hace nudo con el lenguaje sosteniendo o no al sujeto.
El psicoanálisis puede seguir a través de las letras de un escritor las huellas que este ha dejado en su forma de nadar en la lengua, en sus sostenes y donde se ahoga.
Puig nada en su folletín, Pizarnik se ahoga en su poesía.

Escritores contemporáneos, ambos rebeldes a su época, ajenos también a identificarse con las corrientes políticas que convulsionaban sus tiempos.

“Yo admiro mucho a los movimientos de liberación gay pero creo en la integración y pienso que hay que hacer una propuesta más radical: negar el sexo como signo de identidad. Yo he tenido conflictos muy graves con la cultura gay, pero creo que es un hecho necesario porque estamos en un estado de transición. … en Estados Unidos a las minorías se las calma así, formando un ghetto. Y es el ghetto lo que a mí no me parece bien”. Puig. Crisis No 41.

Cercanos ambos al psicoanálisis, al surrealismo, al pop, son representantes fecundos de esos tiempos. Cuando Puig escribe “Boquitas pintadas” en 1968, Pizarnik ya escribió “La condesa sangrienta” y está en un punto de quiebre de su escritura y de su vida.

“Apenas advirtió que yo no iba a condenar su homosexualidad… me confió su desesperado amor por un obrero —soy una mujer que sufre mucho---me dijo----si pudiera, cambiaría todo lo que voy a escribir por la felicidad de esperar a mi hombre en el zaguán de la casa, con los rulos hechos, mi sueño es un amor puro, pero ya ves estoy condenada a los amores impuros” Tomas Eloy Martínez. Sobre Manuel Puig.

“Es imposible hablar de la vida de Alejandra sin hablar de su poesía, ya que en ella el permanente conflicto nacía de la imposibilidad de alcanzar una poesía que arrasara con la vida, que la reemplazara definitivamente.” Ivonne Bordelois en Mujeres Argentinas de Cristina Piña

El compromiso entre biografía y obra es muy grande. Puig podría ser Nené Y Alejandra intentó hacer de su vida un acto poético.
Ambos son fieles a su estilo que los acerca, en una crítica radical a toda subjetividad centrada en el yo.
Puig, un efecto de la cultura de masas, cambia los ejes entre literatura culta y popular, metiéndose en terrenos prohibidos como el de los estereotipos sexuales.
Pizarnik renueva el lirismo poético, con dicción clara y precisa interpela la realidad desde el mismo desgarramiento de profunda soledad, que está en el centro de la sociedad moderna.

Así como el surrealismo tomó al sueño como objeto porque la sociedad tenía sueños, el arte pop tomó el desecho como objeto porque la sociedad se identificó con la basura.
El desecho en Puig son boquitas pintadas, desechos del sexo que empieza a ser aprendido en una sensualidad de cartelera.
El desecho en Pizarnik, en cambio, es una experiencia existencial, desgarradora y escatológica.

“Y mire que son las seis de la tarde y ya tengo un dolor de cabeza que se me parte como todos los días y cuando viene mi esposo peor que peor, quiere la cena en seguida, si no está lista, y si esta lista se quiere bañar antes, mire, no es malo, pero ni bien pisa la casa empezaría yo a romper todo, me da rabia que venga, pero que culpa tiene de venir si es la casa de él, y Usted me dirá porque me casé, pero de recién casada la paciencia no me faltaba. No aguanto mas esta vida, todos los días lo mismo” Nené en Boquitas pintadas.

“El criminal no hace la belleza,
él mismo es la auténtica belleza”
Con este epígrafe de Sartre comienza la Condesa Sangrienta

Pero si Puig mezcla las voces y los tiempos de sus personajes, (bricolaje, bovarismo) y estructura una red, que se llamó folletín, Pizarnik se dirige poco a poco al despojo de los significantes, su escritura minimalista se quiebra, y aparecen figuras de cuerpos rotos, antes que el vacío dibuje su contorno final.

Puig logra bordear el tema de la muerte con una crítica a la estigmatización de los sexos. Su muerte parece una copia de uno de sus cuentos.
Pizarnik naufraga en su tormenta, su poesía aspira al “infierno musical”, toca el vacío. Su suicidio cierra su vida como si fuera un verso más, resignifica toda su obra, y la inscribe en la línea de los poetas malditos, aquellos que llevaron la letra hasta tocar la Cosa de la muerte. Si hay una libra de carne que se paga por acceder al lenguaje, para ellos el precio es la propia vida que se integra a la obra de una manera enigmática.

“La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino”. Extracción de piedra de locura

Puig ficcionaliza la realidad y sus personajes desencontrados, son la ironía de una existencia absolutamente contigente y superflua.
Nené en boquitas pintadas es la mueca de una mujer que busca un amor puro y que al final cae en su plena irrealidad.
Lo femenino desvela al escritor. La comedia de los sexos necesita de semblantes y es aquí donde Puig inventa su objeto de escritura, personajes que a través de voces tomadas de la realidad, bordean el vacío, y de esta manera logra sostenerse como sujeto múltiple, ¿histeria lograda?
Pizarnik busca la crisis del poema y pretende remediar su irremediable separación con lo real, con fantasmas de muerte y pedazos de cuerpo. Lo siniestro tapa su carencia en un primer momento, pero luego termina atrapándola.
La condesa sangrienta es la metáfora de una mujer que quiere alcanzar la inmortalidad bañándose en la crueldad de la muerte.

“Inconcientemente yo decidí que lo que veía en el cine era la realidad, que el mundo era así, porque yo lo comprendía y me sentía cómodo. En esa atmósfera había justicia. Las mujeres eran sometidas también, pero al final les llevaban a la tumba un ramo de flores grandes, alguien premiaba tanta paciencia y tanta tontería”

Así define Puig el proceso de creación, el cine renegando el agujero desagradable de la realidad, el cine al que solía ir con su madre a embelezarse con las divas de la pantalla y la mirada de ella. Pero también define su posición subjetiva identificado a la mujer en busca de justicia, sometimiento y venganza son fantasmas que recorre su goce. Esto se refleja en boquitas pintadas, el crimen detrás de las intrigas de mujeres, el lugar machista de los hombres, que desemboca en el resto de su obra en una nueva construcción sobre los géneros, en relación al sexo que comenzaba a mostrar signos de decadencia.
El discurso en la modernidad intenta cubrir la hiancia de la no relación entre los sexos, con el lenguaje cinematográfico al transmitir los mitos de los grandes amores. De esta tradición de la que somos herederos nos habla Puig: “Decidí que el cine era la realidad” y a partir de esta decisión escribió no desde una tradición literaria sino desde lo que el cine mostraba como semblantes. Es que el discurso de la literatura pasa al cine, y luego del cine se hace literatura.

“Pero hace tanta soledad
Que las palabras se suicidan”

Nos dice Pizarnik mostrando que su verso no resuelve el drama de la soledad humana, justamente porque las palabras nos separan de las cosas.
Pero nos muestra su voluntad de llevar las palabras hasta el límite:

“Como Sade en sus escritos, como Gilles de Rais en sus crímenes, la condesa Báthory alcanzó, más allá de todo límite, el último fondo del desenfreno. Ella es una prueba más de que la libertad absoluta de la criatura humana es horrible.”

Pizarnik, construye su ficción en ese límite. El lugar mismo del Castillo en La Condesa es el propio hueco que cava con su texto, y donde se va a ahogar dejando un último mensaje:

“No quiero ir
Nada más
Que hasta el fondo”

Pizarnik en las antípodas de Puig decidió ir hasta el final, donde ningún semblante se sostiene, donde aparece desnuda la perversión y la muerte, un goce sin barreras. Creyó en una literatura que corriera el velo de las cosas para hacer aparecer la realidad vacía.
En un primer momento su invención de escritura: lo que ha sido denominado, “cadáver textual”, le permite hacer nudo entre cuerpo y goce, y lograr una significación personal que la sostiene. Pero lentamente estos significantes empiezan a ser insuficientes y la autora es aspirada por el vacío que la constituye.

“Si el acto sexual implica una suerte de muerte, Erzebeth Báthory necesitaba de la muerte visible, elemental, grosera, para poder, a su vez, morir de esa muerte figurada que viene a ser el orgasmo. Pero ¿Quién es la muerte? Es la Dama que asola y agosta como y donde quiere. Sí, y además es una definición posible de la condesa Báthory. Nunca nadie no quiso de tal modo envejecer, esto es: morir”
En La Condesa Sangrienta muestra su posición subjetiva, aquella que la sostiene, La Dama incastrable que mata para gozar muriendo siendo inmortal a la vez. Figura superyoica que ordena gozar hasta el final, ¿Melancolía estabilizada? ¿Hasta que la sombra del objeto vacío caiga sobre su yo?
A lo largo de su obra sus escritos van perfilando cada vez más nítidamente una particular relación con la soledad más radical:

"porque una es extranjera
una es de otra parte,
ellos se casan,
procrean,
veranean,
tienen horarios,
no se asustan por la tenebrosa
ambigüedad del lenguaje"

Escribía Pizarnik internada en el Pirovano por un intento de suicidio. El alejamiento de la realidad, la hacía sentir el dolor de ser nada, allí donde buscó desesperadamente el poema que suture.
Puig nada donde Pizarnik se ahoga: en esa “tenebrosa ambigüedad del lenguaje” que es el hecho de arte, de artificio, que es velo y es abismo.